¿Podrías creer que si eliges un postre altamente calórico antes de seleccionar la entrada o el platillo principal, podría ser más saludable?
Una investigación en la Universidad de Tel Aviv, observó la dieta de 200 personas: la mitad consumía desayunos de 600 calorías, que incluían galletas, panqueques, tortas e incluso donas. La otra mitad consumía en el desayuno 300 calorías compuestas por proteína y lácteos.
¿Cuál fue el hallazgo?
Aquellas personas que consumían dulces tenían menos antojos y menos hambre durante el resto del día. Si bien ambos grupos perdieron peso, las personas que no se privaban de un dulce, lograron mantener el peso, mientras que los otros tuvieron tendencia a recuperarlo.
Los expertos explicaron este fenómeno de la siguiente manera: «El cuerpo almacena más energías para funcionar bien durante todo el día y no se ve tentado por los antojos a cualquier hora».
Ahora ya sabes cuál es la mejor excusa para consumir azúcar, pero no podemos perder de vista la cantidad que consumimos.
Fuente: Esto es azúcar