Por Marcela Barillas
El metabolismo es la combinación de todos los procesos químicos que permiten a un organismo mantener la vida. En el caso de los humanos, esto incluye la conversión de la energía de los alimentos en energía para tareas vitales como respirar, hacer circular la sangre, construir y reparar células, digerir alimentos y eliminar residuos. La cantidad mínima de energía necesaria para llevar a cabo estos procesos básicos mientras un organismo está en ayunas y en reposo se conoce como tasa metabólica basal o TMB.
El gasto energético total (GET) es una combinación de la TMB, más la energía utilizada para las actividades físicas y la energía utilizada para digerir los alimentos (conocida como termogénesis alimentaria). En los adultos sedentarios, la TMB representa entre el 50% y el 70% del gasto energético total, la termogénesis alimentaria entre el 10% y el 15%, y la actividad física entre el 20% y el 30% restante.
Muchos factores afectan al gasto energético, como la edad, el sexo, la masa corporal, la composición corporal, la actividad física y las enfermedades. La creencia general es que a medida que envejecemos, nuestro metabolismo se ralentiza y la velocidad a la que descomponemos los alimentos disminuye un 10% cada década después de los 20 años. Sin embargo, un estudio que incluyó a 6,421 personas con edades entre los 8 días y los 95 años de 29 países puso en tela de juicio esta creencia.
Este estudio reveló que el metabolismo alcanza su punto máximo en torno al año de edad, cuando los bebés queman calorías, un 50 por ciento más rápido que los adultos, y luego disminuye gradualmente aproximadamente un 3 por ciento al año, hasta alrededor de los 20 años. Luego durante la edad adulta de 20 a 60 años, el gasto energético total y basal se mantienen estables, independientemente del sexo.
Los investigadores demostraron que el metabolismo vuelve a disminuir otra vez a los 60 años aproximadamente un 1 por ciento al año. Este estudio sugiere que ya no se puede culpar el aumento de peso en la mediana edad a un metabolismo lento. Sin embargo, los resultados del estudio no invalidan nuestros conocimientos actuales sobre cómo alcanzar y mantener un peso saludable a lo largo de la vida.
Algunos consejos para mantener un adecuado peso son los siguientes:
- Seguir una dieta sana y equilibrada compuesta principalmente por alimentos integrales en forma de frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales.
- Mantener un estilo de vida activo con un objetivo de al menos 150 minutos de actividad física a la semana, incluido el entrenamiento de fuerza para aumentar o mantener la masa muscular magra.
- Descansar lo suficiente, lo que para la mayoría de las personas supone dormir entre siete y ocho horas diarias.
- Controlar el estrés mediante la meditación u otras actividades relajantes.
Fuente: Esto es azúcar