“¡No le des azúcar al niño, que luego no hay quien lo aguante!”. Todos hemos escuchado esta frase, o bien nos la decían a nosotros de pequeños, o bien se la estamos repitiendo a nuestros hijos.
La expresión nace de la creencia de que el azúcar es el detonante de la hiperactividad excesiva en los niños. Se dice que los vuelve incontrolables y, por eso, muchas madres sienten pavor de dar dulces o azúcares a sus hijos.
Sin embargo, la realidad es que no hay ningún estudio que certifique que, en efecto, este alimento sea el detonante principal de un niño con energía excesiva.
Lo primero que deben distinguir los padres es si su hijo realiza actividades propias de su edad, o si, por el contrario, muestra un trastorno de déficit de atención e hiperactividad.
Para comprender estos términos, entrevistamos a la licenciada en Educación Especial, Karelya Coronel, quien ha tenido en su consulta niños con diversos trastornos del aprendizaje.
Según la experta, “el déficit de atención es una condición, no una enfermedad. Es un trastorno neurobiológico que se detecta en la infancia, y suele estar acompañado de hiperactividad. En niños con edad escolar, este trastorno se manifiesta en acciones impulsivas porque se distraen fácilmente ante cualquier estimulo presente y porque presentan períodos cortos de atención en situaciones que requieren un esfuerzo mental sostenido”.
En este sentido, Coronel resalta que las causas de este trastorno aún están en investigación, pero podrían obedecer a la genética, a factores ambientales y aciertos problemas en el sistema nervioso central en momentos específicos de la etapa del desarrollo.
“A lo largo de mi experiencia tanto en las aulas como en consulta privada, he escuchado a madres decir que el azúcar es el detonante, que vuelve a los niños excesivamente activos”, explica Coronel. “Sin embargo, nada de eso está comprobado científicamente. No hay respuestas, ni estudios que respalden esa afirmación”.
Para la licenciada, los niños son seres activos y, por tanto, es más preocupante cuando no se mueven porque es normal que salten, trepen, etcétera.
Por otro lado, Coronel aseguró que los niños con este trastorno pueden ser sensibles a ciertos alimentos, o alérgicos a ciertos aditivos químicos y colorantes específicos, pero ninguna investigación ha demostrado que el azúcar sea la causa.
“No hay dietas específicas que reduzcan esta condición ni tampoco hay evidencias de que eliminar ciertos alimentos de la dieta del niño tenga un impacto directo en los síntomas del trastorno de atención”, agregó.
Por último, aunque el azúcar no tenga nada que ver con la hiperactividad, tampoco debemos caer en excesos de consumo, para evitar enfermedades metabólicas a futuro. Lo ideal es que la dieta esté ajustada a los requerimientos del niño y, por supuesto, seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Fuente: Esto es azúcar